Música Argentina

Historia de la Música Argentina



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Al analizar la evolución histórica de nuestra música hallamos dificultades para establecer sus orígenes. debido principalmente al largo período que medió entre la conquista de los españoles y el momento en que la República adquirió la Independencia de su desarrollo cultural, y además, a la precaria documentación relacionada con hechos musicales. 


Sin embargo, puede considerarse que las fuentes principales fueron: 


  • Música Indígena;
  • Música religiosa europea;
  • Música popular europea;
  • Música folklórica argentina.


Conozcamos un poco de cada una


Música indígena


Por los comentarios de los primeros cronistas comisionados por la corona española para informar sobre las características del Nuevo Mundo, puede saberse que los indígenas de diversas partes de América practicaban la música cantada, el baile y la ejecución de instrumentos musicales.


Las dos grandes razas Quichua y Aymará poseían importante cultura musical; el Imperio Inca, al invadir el Altiplano, la llevó a lo que hoy es el noroeste de nuestro país, donde dejó profundas huellas culturales y alcanzó gran expansión y difusión que perduró y se intensificó hasta nuestros días. 


De esa música se hallan vigentes dos especies catalogadas como prehistóricas: el huayno y el yaraví, danza y canción, respectivamente. Sus instrumentos eran el siku, o flauta de Pan, la quena, el pinkillo y silbatos, además de otros de percusión similares a los actuales bombos, cajas y tambores. Todos se difundieron por el norte y centro del territorio y su ejecución se sigue practicando.



Música religiosa europea


La primera música no indígena que se escuchó fue la de los misioneros españoles que en el siglo XVI catequizaban a los aborígenes en Tucumán, tarea que estuvo a cargo del padre Alonso de Barzana. 


Luego, en Salta y Santiago del Estero lo hizo el padre Angulo, y posteriormente, también en Tucumán, San Francisco de Solano, figura legendaria que se imponía por la dulzura de su palabra y el sonido de su violín, que tenía la virtud de aplacar el impulso bélico de las tribus. 


A través de los siglos XVII y XVIII la enseñanza musical tomó verdadera importancia, y los indígenas formaban coros y orquestas que deleitaban a los oyentes. El repertorio estaba formado sobre todo por canciones religiosas, pero los sacerdotes no impedían que los indígenas practicaran sus propias danzas y canciones. 



Música popular europea


Entretanto, los soldados y civiles que venían a América también trajeron consigo sus cantares y danzas de Europa, como ser: gavotas, zarabandas, gallardas, pavanas, chaconas, etcétera, que pronto fueron bailadas aquí, y al ser imitadas, dieron lugar a la formación de nuevos bailes. 



Música folklórica argentina


Los nativos, mestizos y criollos fueron asimilando en parte las novedades musicales que llegaban del exterior, aunque sin abandonar algunas de las especies auténticas que practicaban y habían heredado de sus antepasados. 


En las provincias del norte, por ejemplo, se encuentran aún canciones como las bagualas, vidalitas y vidalas, que por sus características  (gama pentatónica y rítmica) denotan gran antigüedad de origen, aunque se hayan producido deformaciones inevitables, desde el momento en que su trasmisión ha sido oral, puesto que su música no se escribía. 


De todas maneras, en ellas es menor la influencia europea, lo que puede comprobarse por su similitud con especies similares que se cantan en Perú y Bolivia. También en el centro y sur del país existen canciones de neto estilo americano, como el estilo, la cifra y la tonada, que se entonan indistintamente en la Argentina y Uruguay. 


En cuanto a las danzas folklóricas, casi todas presentan elementos constitutivos de las españolas, como el cielito, el pericón y la media caña, que proceden de la contradanza. Sin embargo, la adaptación que sufrieron en nuestro ambiente, tanto en lo coreográfico, como en el ritmo y en el estilo, las hacen diferenciar netamente. Otras son americanas, tales como la zamba, el carnavalito, la milonga y el tango.


Los instrumentos europeos pronto tuvieron gran difusión entre nosotros, pero el que predominó, conquistando la preferencia de todos, fue la guitarra, que alcanzó arraigo popular. 







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