Himno Nacional Argentino

Historia de la Música argentina: 

El Himno Nacional





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El triunfo de la Revolución de Mayo pronto tuvo resonancia militar en los encuentros de las tropas de la Patria, al mando de Belgrano, Rondeau y San Martín sostuvieron en diversos frentes con los realistas. 


Sus éxitos enardecieron al pueblo, que necesitaba exteriorizar su estado de ánimo, para lo cual hacía falta una manifestación artística que aquellos hombres sabían insustituible: la música. En febrero de 1812, el día 27, Belgrano acuciado por la precipitada sucesión de hechos guerreros, necesitó de un símbolo que uniera a todos sus soldados a su alrededor, y por eso, creó la Bandera. 


El 6 de marzo de 1813, la Asamblea General Constituyente encomendaba al diputado don Vicente López y Planes la confección del texto poético para un himno "que inflame el entusiasmo público". 


La poesía fue aprobada  por la Asamblea el 11 de mayo de 1813 y se le encargó la música a don Blas Parera, que la compuso en unos pocos días. Pudo cantarse públicamente por primera vez, la noche del 28 de mayo de 1813, como parte de las celebraciones de las Fiestas Mayas. 


Se decretó que sería la única Marcha Nacional y debía cantarse en las escuelas y todo acto público, lo cual fue cumplido con creces no sólo en el orden oficial, sino que aprendida por el pueblo y pronto fue la canción preferida en todo el territorio y en las naciones vecinas.


El ardor y entusiasmo con que se entonaba no se limitaba a las fechas patrias, pues se cantaba en cualquier ocasión. El musicólogo Carlos Vega cita el episodio ocurrido en un fortín santafesino de Arroyito del Sauce, donde "soldados gauchos semisalvajes, cantaban con guitarra el Himno en un día cualquiera, pues era un 24 de marzo de 1823. 


Hasta el año 1832, la Banda Oriental del Uruguay tuvo a nuestro Himno como propio. En 1830, al anunciarse una función lírica, en el diario "El Universal" de Montevideo se decía que se iniciaría con "el primer himno que se cantó en América, a la libertad: Oíd mortales, el grito sagrado". 


Lo mismo había ocurrido en Chile en 1817 cuando, celebrando en una fiesta el triunfo de Chacabuco, el Himno argentino se cantó dos veces, y la segunda "lo hizo el mismo San Martín". En 1820 se compuso el himno chileno, pero varios años después seguía cantándose el nuestro. E igual cosa sucedió en el Perú. 


Lamentablemente, el original del Himno Nacional Argentino no pudo hallarse y la versión que hoy cantamos proviene de una loable tarea de recopilación que realizó el músico Juan Pedro Esnaola, en el año 1860, para la cual hubo de basarse en las partituras de las bandas militares, que contenían la melodía y el acompañamiento; la memoria privilegiada de su tío, don José Antonio Picazarri; un manuscrito de Miguel de Luca, que fue discípulo del mismo Blas Parera, y unaa edición de "La Lira Argentina" del año 1824. 


El Himno, la Bandera y el Escudo, son símbolos patrios que exaltan los sentimientos del pueblo, pues ve en ellos la idea de Patria convertida en unidad absoluta, inviolable, sagrada, contra cualquier intento de profanación. 




De los autores



Vicente López y Planes


Don Vicente López y Planes nació el 3 de mayo de 1784 en Buenos Aires y murió el 10 de octubre de 1856 en la misma ciudad, a los 72 años. Cursó sus estudios en el Convento de San Francisco y en el Colegio de San Carlos. Con el grado de Capitán de Patricios, combatió durante las invasiones inglesas en 1806 y 1807. En 1808 se trasladó a Chuquisaca (Bolivia),donde se graduó en Derecho. 


Fue secretario del Primer Triunvirato en 1811; síndico procurador en 1812; diputado de la Asamblea General Constituyente en 1813 (cuando le fue encomendado el texto del Himno); secretario del general Antonio G. Balcarce; ministro de Pueyrredón; presidente interino de las Provincias Unidas del Río de La Plata, y muchos otros cargos de relevante actuación, hasta llegar a miembro del Supremo Tribunal de Justicia, en 1853. 



Blas Parera


Nació en Murcia (España), el 3 de febrero de 1776. De joven hizo estudios musicales en Barcelona, centro artístico de reconocido prestigio europeo. Llegado a Buenos Aires, en el año 1797, actuó como organista en varias iglesias, destacándose también como director de orquesta y fue maestro de música de algunas de las principales familias de la ciudad. 


Evidentemente, era el único que músico que merecía respeto como compositor, desde el momento en que a él se recurrió para componer el Himno, tal como ya se había hecho  en oportunidades anteriores, pues es sabido que, aunque no figure su nombre, la Marcha Patriótica de Esteban de Luca, del año 1810,  y otras canciones, como las de Saturnino de la Rosa, llevaron música de Blas Parera. También fue el autor del Himno que en 1812 fuera encargado por el Triunvirato, con versos de Fray Cayetano Rodríguez. 


Los daros relacionados  con su vida y obra han desaparecido, existiendo la presunción de que él mismo los haya destruido ante el asedio de que habría sido objeto por parte de los realistas, que lo consideraban culpable de haber contribuido con su inspiración a la causa de la Revolución Argentina. 


Se sabe que partió de Buenos Aires y desembarcó en Cádiz en 1818, donde se le permitió quedarse , pero bajo vigilancia, pues se desconfiaba de quien "conmovió a la América toda con la música eterna del Himno Nacional Argentino". Murió en Barcelona el 7 de enero de 1840.



Juan Pedro Esnaola


Nació en Buenos Aires el 17 de agosto de 1808 y murió en la misma ciudad el 8 de julio de 1878. Habiendo iniciado sus estudios de música con su tío, José Antonio Picazarri, los continuó en Europa, en los conservatorios de París y Madrid, para regresar a Argentina en 1822. 


Por sus dotes de eximio pianista, despertó la admiración de sus compatriotas, y las autoridades prestaron su apoyo cuando fundó la Academia de Música , a cuya primera función mensual concurrieron los ministros Bernardino Rivadavia y Manuel José García. 


Fue el decano de los pianistas argentinos, poseyendo una escuela perfecta como ejecutante, la que había adquirido en el extranjero, siguiendo la técnica de Segismundo Thalberg, uno de los grandes pedagogos del piano. 


En su actividad artística ocupó cargos de relieve en la vida musical argentina, siendo presidente honorario de la Sociedad del Cuarteto, presidente de la Comisión de la Escuela de Música y Declamación de la provincia de Buenos Aires, y de diversas entidades musicales. Su nombre pasó a la historia por la versión perfecta de nuestro Himno Nacional, a que nos hemos referido antes. 





Bibliografía


Giménez Pastor, A., El Himno Nacional Argentino (Impr. José Tragant, 1915)

Williams, Alberto, La Música del Himno Nacional Argentino (Gurina y Cía., 1938)

Vega, Carlos, El Himno Nacional Argentino (Eudeba, 1962)



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